jueves, 20 de marzo de 2014

La hija del dibujante, Katherine Govier







Algaida, 2.014 (primera edición 2.011)
Premios: ninguno.
Precio: 18 €
Adquisición: colaboración con la editorial







"- ¿Qué crees que está haciendo Hokusai?
- Está rezando - dije.
- ¿A la luna?
- No, a la estrella polar. Myoken. La estrella de los escritores. La estrella del pincel. Es una de las siete estrellas que conforman la Osa Mayor. Es esa de ahí".

La autora

Katherine Govier es una autora canadiense nacida en 1.948. Se graduó en la universidad de Alberta y en la de York. No fue hasta 1.997 cuando ganó uno de los premios más reconocidos de su carrera, el Marian Engel Award. Antes de esa fecha, había recibido otros reconocimientos. Ha sido presidenta de la asociación de escritores de Canadá. Su novela más reciente es 'La hija del dibujante', cuya traducción está pendiente de ser publicada también en el país donde se ambienta la novela, Japón. Además de esta obra, es autora de al menos otros doce títulos.

Sinopsis

Ei es la tercera hija del famoso pintor Hokusai. Vive en el Japón del siglo XIX durante el último shogunato del clan Tokugawa: un país aislado de toda influencia extranjera y donde rige la moral tradicional y una férrea censura, que mantiene al pueblo ignorante y supersticioso. Ei acompañará a su padre desde pequeña y crecerá rodeada de artistas, prostitutas, mercaderes, adivinos, cuentacuentos y artesanos que pululan por Yoshiwara, el distrito del placer de Edo —la actual Tokio—, en una época difícil para quienes tratan de burlar una justicia que los castiga por inmoralidad de forma arbitraria.

Mi crítica

Quise leer esta novela porque me llamó la atención el título y su sinopsis. Además, quería quitarme la espinita que se me quedó con otra obra de corte similar: mujer oriental que dedica su vida a la pintura. En cierta manera, puedo afirmar que así ha sido.
Cuando abrí el paquete que contenía 'La hija del dibujante', me llamó mucho la atención que fuera tan extensa. Me imaginaba una novela de trescientas, o trescientas cincuenta páginas y resultó doblar esa cantidad.

Cuando comencé a leer 'La hija del dibujante' me sorprendió el cuidado que la autora ponía en las descripciones: muy visuales y hermosas. Asimismo, el vocabulario empleado es más culto de lo que se puede esperar en una obra de estas características, traducida de otro idioma, por lo que felicito al traductor en esta ocasión.

Los personajes principales son bastante peculiares. Ei y su padre Hokusai son inseparables y la complicidad que se respira entre ellos casi traspasa las páginas de esta novela. Es el hilo conductor de toda la obra, y a través de las distintas fases que pasa su relación, el lector va dando cuenta de la evolución de los personajes, sobre todo de Ei.

La vida del artista no es fácil en el Japón del siglo XIX. La lucha de Hokusai primero, Ei después, por mantenerse a flote queda recogida en las páginas de 'La hija del dibujante'. Ei absorbe el mundo del arte a través de su padre como una esponja. Es entonces cuando uno se puede dar cuenta de la manera tan hermosa en que está escrita la novela, sobre todo en ciertos pasajes.

Ei es una muchacha despierta que sabe ver el lado bello de las cosas, así como el decadente. Es una mujer que, a medida que madura, cada vez tiene las ideas más claras y es observadora, lo que le irá abriendo las puertas en el mundo del arte y la pintura. El destino le conduce a pintar, y lo acepta sin reservas. O tal vez es que, tratando de escapar del matrimonio, comienza a introducirse en el universo del artista. Hokusai entonces se convierte en su maestro y mentor.

Como decía, la piedra angular de la novela es la relación entre padre e hija. Es también, a mi juicio, uno de sus puntos fuertes: complicada, repleta de altibajos. Katherin Govier ha sabido plasmarla en papel a las mil maravillas. Su vínculo va más allá del que pueda unir a cualquier padre y cualquier hija: es el de un mentor y una aprendiz que comparten el arte.

También destacaría como punto fuerte la evolución de Ei como personaje. No sólo de niña a mujer, sino a lo largo de toda su existencia. Aunque no le será fácil, termina encontrando su camino en la vida. Ei es dura, valiente y fuerte. Una de esas protagonistas que me encantan, que no se conforman con aceptar y desempeñar el papel que les tiene reservada la sociedad de la época.

En general, los personajes están bien dibujados, en mi opinión, con caracteres firmes y personalidades complejas. En cierto punto de la novela, se produce un contraste entre oriente y occidente que particularmente a mi me ha gustado. No daré más detalles acerca de este encuentro para no desvelar nada relevante, pero los que hayan leído o estén leyendo 'La hija del dibujante' sabrán a lo que me refiero. Descubrir en los ojos de una oriental la cultura europea es algo sin duda interesante. Para lo que unos es ordinario, para otros puede ser un mundo.

El final es un tanto sobrecogedor, pues no pensé que todo terminaría de esa manera. No es tanto la escena como la descripción de la misma. Tras él, hay un epílogo en el que Katherine Govier cuenta cómo surgió la idea de escribir sobre Ei y quién fue en realidad 'La hija del dibujante'.

Conclusión

'La hija del dibujante' es una novela de ritmo lento y de gran extensión, pero también de gran belleza. En algunos puntos la lectura se hace quizá un poco cuesta arriba, pero en otros, resulta una novela deliciosa. Una obra para paladear sin prisas y disfrutar relajadamente. 

Lo recomiendo a todos aquellos que disfruten leyendo sobre la cultura y el arte japoneses, y a quienes tengan curiosidad por esta novela. A los que busquen un mero entretenimiento o un libro que mantenga la tensión durante páginas, no les aconsejo esta lectura.

16 comentarios:

  1. Yo la empecé y no me gustaba cómo estaba escrita, así que la dejé.

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  2. No me acaba de llamar la historia, a pesar de lo bien que la has puesto. Creo que la dejo pasar.

    Un besito.

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  3. Coincido en que tiene momentos de más lentitud, pero es una obra para tomarse con calma.
    Besos:)

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  4. Coincido contigo en que es algo lenta pero la forma de describir es tan real que te traslada al Japón donde vivían, besotes! !

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  5. Lo tengo pendiente en la estantería y alguna reseña que había visto me había desanimado un poco pero creo que viendo tus impresiones, a mí sí me gustará
    Besos

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  6. La tengo apuntada en mi lista, pero por las reseñas que leo parece ser un poco "compleja" y por su extensión, no tendré prisa en hacerme con ella...Un saludo

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  7. Estoy, según describes, dentro de las firmes candidatas a leer este libro :) Ya lo tenía apuntado, no recuerdo de quién vi hace poco una reseña (qué mala memoria, mecachis).

    Gracias Azalea

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  8. Me quedan 200 páginas para terminar esta novela y estoy muy de acuerdo contigo. Se disfruta, se paladea, además de ser una historia muy interesante.
    Un beso.

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  9. La tengo apuntada pero creo que es mejor para el verano cuando tenga vacaciones para disfrutarla más, sin tantas prisas :)

    Bs.

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  10. A muy grandes rasgos coincidimos. A mí el ritmo lento me acusó más que a tí pero indudablemetne es una novela de gran belleza y aspectos que hacen que merezca la pena su lectura.

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  11. Pues, aunque despertó mi curiosidad, tu recomendación sincera me dice que no es para mí. Un besote!

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  12. Tengo curiosidad por este libro desde que salió. Me tengo que poner con él.
    Besos

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  13. Tengo muchas ganas de leerla. Me llama la atención.

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  14. El otro día te estaba escribiendo un comentario en esta entrada y me falló la conexión. Te decía que este libro en un principio me atrajo porque me encanta la cultura japonesa pero que estaba esperando a ver alguna reseña. Me ha sorprendido la extensión y ahora tengo poco tiempo, así que la dejo para más adelante.

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  15. Uy, qué poco me convence. Y tu párrafo final es bastante elocuente, ¿o me equivoco?
    Besos,

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