viernes, 30 de marzo de 2012

Tras la colina, Robyn Carr





Harlequín Ibérica, 2.011
(primera edición 2.002)
Premios: ninguno.
Precio: 13,90 €
Adquisición: a través de BookMooch






"Demonios, pensó mientras le devolvía el beso. Algunas cosas nunca cambiaban, y los labios de Chris no habían cambiado.
- Lo siento - dijo -. (...) No quiero tener una aventura... sólo tenía curiosidad. Curiosidad, no interés.
Él sonrió, y ella se dio cuenta de que pensaba que se había marcado un tanto".

La autora

Robyn Carr es una escritora norteamericana que comenzó a publicar en 1.978. Treinta años y veinticinco libros después no sólo continúa en el mundillo, sino que ha logrado entrar en el puesto número uno de la prestigiosa lista de los más vendidos del New York Times
Se ha ganado un ejército de seguidores con su saga situada en los bosques del norte de California, Virgin River. En sus libros, no todo es romance situado en parajes bucólicos: introduce temas que no suelen ser muy comunes en este tipo de novelas, como la violencia doméstica, o personajes que sufren el síndrome de estrés post-traumático
No siempre tuvo claro que quisiera escribir. O, mejor dicho, que debiera hacerlo. Su marido viajaba mucho y ella se quedaba sola. Para no morir de aburrimiento, leía y redactaba. Al comienzo de su carrera se centró en la novela romántica con tintes históricos, pero después comenzó a situar sus narraciones en la actualidad. Lo que sí tienen en común todas sus creaciones son sus protagonistas: mujeres fuertes, con coraje, pero también sensibles y de buen corazón.

Sinópsis

En el tranquilo pueblo de Grace Valley, California, los vecinos se conocen de toda la vida y cuidan unos de otros. En una comunidad así es difícil guardar un secreto. Por ello, la doctora June Hudson ha conseguido lo imposible ocultando a todos las visitas, tan clandestinas como apasionadas, de su amante, el agente secreto Jim Post. Pero todo se trastoca el día en que regresa a Grace Valley Chris Forrest, su antiguo amor del instituto, después de veinte años, y divorciado. June Hudson se siente muy insegura en su presencia y agradece las constantes distracciones que le exige su profesión: médico rural. Sin embargo, más tarde o más temprano, el amor se abrirá paso en Grace Valley. Como siempre.

Mi crítica

Antes de leer 'Tras la colina' me esperaba encontrar algo totalmente distinto de lo que finalmente hallé. Pensaba en una historia de amor tipo chica-conoce-a-chico, algún enredo que otro de por medio, amantes atrapados en su propio juego, desengaños, la mejor amiga que parece perfecta pero que da puñaladas traicioneras... en fin, lo típico. 

Lo que no sabía era que June Hudson, la médico rural de Grace Valley, ha protagonizado varias historias aparte de 'Tras la colina'. Por lo tanto me encontré in media res, aunque supe ubicarme en seguida. La trama no es difícil de seguir para nada.

June Hudson está liada con un agente secreto que va de incógnito, y que debe dejar sola a la protagonista durante largas temporadas para cumplir con su deber: atrapar a los malos en misiones secretas y super peligrosasJune Hudson se lo toma con resignación y soporta sus ausencias gracias a lo absorbente que puede llegar a ser su trabajo como médico rural.

Sinceramente, esto me pareció irrisorio. No por la historia de amor en sí, sino por la manera en que está abordada, los diálogos tan absurdos que mantienen June Hudson y el agente de incógnito sobre sus misiones, sobre si volverán a verse. 
Si Robyn Carr hubiera querido hacer este affair verosímil, no tendría que haber hecho tan evidente a qué se dedica el novio de June Hudson, que parece que en todo momento alardea de su profesión hablando mucho más de la cuenta. En un primer momento no supe si la autora estaba gastando una broma macabra a su propia protagonista, arrastrándola a los brazos de un farsante cuyas mentiras no se sostenían por ningún lado, o si, por el contrario, Robyn Carr iba en serio con lo del James Bond a lo rural, lo cual me pareció mucho peor.
Eso de enrollarse con un policía secreto me parece típico de una fantasía de ama de casa aburrida y no de una novelista experimentada, con más de dos décadas a sus espaldas dedicándose a escribir novelas.

Esto que comento es sólo una anécdota. 'Tras la colina' está plagada de personajes, y la mayoría están un tanto estereotipados. Podrían estar mucho mejor elaborados, pero lo peor, sin duda, es la protagonista, June Hudson. En ocasiones actúa como si fuera una chica de diecisiete años, ya que algunas escenas que plantea Robyn Carr bien podrían estar sacadas de una novela juvenil ubicada en un instituto

A pesar de todo, he de admitir que he disfrutado de una historia que no requiere esfuerzo alguno a la hora de leer. 'Tras la colina' ofrece al lector una trama amena y sin demasiadas complicaciones. Lo único que Robyn Carr exige al lector es que se acuerde de todos los personajes que intervienen en su obra, que no son pocos.

Harlequin Ibérica debería tomar nota de ciertos errores tipográficos que he encontrado a lo largo de 'Tras la colina'. Hay palabras a las que les falta alguna letra, otras que están en desorden, e incluso una confusión entre personajes.

Por lo demás, el estilo de la autora es bastante normalito. No destaca en nada en absoluto. Hay mucho diálogo (que deja bastante que desear) y mucho discurso interior del personaje principal. El lector no se pierde ni uno de los pensamientos de June Hudson

También cabe destacar la importancia que Robyn Carr le otorga a las discusiones de pareja. Unos amigos de June Hudson, marido y mujer, discuten por algo que tiene su aquel, yo no digo que no, pero en el fondo es una chorrada que podría -y en la vida real debería- resolverse en seguida. Bien, pues dicha discusión se alarga a lo largo de toda la novela, creando así una línea argumental que desentona un tanto y que cae por su propio peso. Las subtramas no deben alargarse nunca tanto, sobre todo si no están bien construidas.

Conflictos más serios que también pueden encontrarse en esta novela son tratados de manera idéntica: superficial, trivial. Robyn Carr comete el error de abrir demasiados frentes en una novela planteada desde una perspectiva simple. En lugar de concentrarse en unos pocos, va añadiendo conflictos en los que me cuesta hallar la línea argumental, menguando de este modo la calidad total de la obra. Al menos, los sabe controlar y en ningún momento se le van de las manos, pero lo que logra con ello es perjudicar al conjunto. Quien mucho abarca, poco aprieta.

'Tras la colina' no se limita a contar la historia de una médico rural, June Hudson, y de sus amoríos. La novela narra las aventuras de un pueblo entero. Ella es, digamos, el cartel principal de la obra, pero su historia acaba siendo una más entre tantas otras. Parece mentira que Robyn Carr haya podido relatar tantas cosas de tantos personajes en poco más de trescientas páginas, pero así ha sido. 

Al final, una de las tramas que más juego parecía dar ha quedado sepultada por la trascendencia que en las últimas páginas han cobrado otros hilos de la historia. No me ha parecido un mal final. Ha sido predecible, pero correcto
He echado de menos poder conocer un poco más a los personajes, pero eran tantos que eso resultaba imposible. Es lo que menos me ha convencido de 'Tras la colina', junto con los diálogos.

Conclusión

A pesar de lo que pueda parecer, no ha estado mal el acercamiento a Grace Valley. Dudo que vuelva a leer algo de Robyn Carr de nuevo, pero nunca se sabe. No considero que el pueblo tenga conflictos tan interesantes como para hacer de su historia una saga y por tanto esta visita al mundo de June Hudson ha sido un hola y adiós un tanto apresurado.
Desde luego no esperaba un novelón, sabía que iba a encontrar multitud de pegas, pero me ha gustado descansar de lecturas densas con 'Tras la colina', que es justo todo lo contrario. Es una novela entretenida, y punto.

La recomiendo a todos aquellos que disfruten con las novelas que publica la editorial Harlequin, a los que quieran descansar de lecturas más absorbentes o a los que les apetezca sin más algo ligero.

Valoración: 5/10
¿Recomendada?: .

martes, 27 de marzo de 2012

El último detective, Robert Crais








La Trama, 2.006 (primera edición 2.003)
Premios: ninguno.
Precio: 9,60 € edición de bolsillo
Adquisición: a través de BookMooch









"Había olvidado la sensación de miedo sentida en aquel momento en que mi cuerpo y mi destino estaban en manos de una potencia desconocida; la sensación de estar totalmente desamparado y solo. Hasta aquella noche".

El autor

Robert Crais nació en Louisiana en 1.953. Me pregunto cómo pasó de limpiar casas de perros a convertirse en escritor, pero eso fue lo que sucedió al parecer. Ahora es famoso por ser escritor de obras de misterio y suspense, y además creador de la saga de novela negra protagonizada por el dúo de detectives Elvis Cole y Joe Pike
Su primer libro, perteneciente a esta colección, obtuvo el premio 'Anthony and Macavity'. La pareja de detectives llevan quince libros trabajando codo con codo para resolver los crímenes más peligrosos. 
Robert Crais también es guionista de series de televisión y ha participado en capítulos de 'Corrupción en Miami' o 'Canción triste de Hill Street'.

Sinópsis

El detective Elvis Cole se enfrenta a uno de los momentos más delicados de su vida: acaba de recibir la llamada de un hombre que asegura tener secuestrado a Ben, el hijo de Lucy, su novia. El niño estaba al cuidado de Elvis Cole mientras su madre trabajaba, salió al jardín a jugar y pocos minutos después desapareció sin dejar rastro. Según las palabras del hombre que retiene a Ben, el secuestro está relacionado con un oscuro suceso del pasado: el detective fue el único superviviente de un batallón americano que fue aniquilado en Vietnam, y aunque en su momento fue premiado por su heroicidad, alguien piensa que hubo juego sucio y que debe pagar por ello.

Mi crítica

Hacía bastante tiempo desde mi última lectura de novela negra y me apetecía volver a probar con algo del género. Aunque 'El último detective' forme parte de una serie de libros y este título no pertenezca al primero de la colección, no me importó. Se puede leer de manera independiente sin perderseSuponía que iba a ser un thriller trepidante con mucha acción y poca chicha, pero en el fondo no sabía a ciencia cierta a lo que me iba a enfrentar.

La novela de Robert Crais es muy fácil y muy cómoda de leer. No es necesario prestar excesiva atención a cada detalle con el fin de no perderse en la trama. Al contrario, lo que resulta difícil es perderse. Se lee rápido, increíblemente rápido. 
Las primeras páginas no enganchan demasiado, pero sí que logran mantener cierta intriga.

'El último detective' está narrada en primera persona por el protagonista de la serie: Elvis Cole, el cual se denomina a sí mismo "el mejor detective del mundo" (modesto el tipo, ¿no?). Cuando otro personaje se convierte en narrador, el texto aparece en cursiva para diferenciarlo de las partes en las que habla Elvis Cole. Son capítulos breves, por suerte, ya que leer letra cursiva durante varias páginas cansa mucho al ojo lector.

Una vez se ha producido el secuestro (y no estoy desvelando nada de la trama, este hecho aparece en la sinópsis como detonante de la acción), la narración se escinde en dos: tenemos, por un lado, el punto de vista del detective Elvis Cole y de los familiares del niño, la angustia vivida por su madre y las ganas de los especialistas de la brigada del FBI por encontrar al crío sano y salvo y acabar con todo esto. 
Por otro lado, tenemos el punto de vista de Ben, el secuestrado. Sus ganas de escapar, su miedo a ser asesinado, su valentía. 

Esta doble perspectiva no es tan común en las novelas negras como pueda parecer en un principio. Al menos, no en las que yo he leído. Desde luego, a las víctimas no se les suele prestar excesiva atención en estos casos. Su punto de vista no interesa, ya que los autores no desean desvelar demasiada información al lector. Prefieren guardársela para el final, como es lógico. 
Sin embargo, Robert Crais logra enriquecer la novela aportando la experiencia del niño secuestrado en primera persona dando los datos justos y necesarios para que el lector se haga una idea de cuán peligrosos son sus secuestradores y las ganas por conocer qué va a pasar a continuación aumentan.

El ritmo continúa siendo ágil a lo largo de toda la novela. Robert Crais no se suele recrear en los detalles, sino que va directo al grano. Los capítulos de la novela se van sucediendo a medida que las horas transcurren desde que Ben fue secuestrado. 'El último detective' acabará en cuanto el niño sea devuelto a su madre. Horas, días como mucho.

En cuanto al estilo narrativo, no puedo comentar demasiado. Es el típico de un thriller americano, ni más, ni menos. 
Pero, si hay algo que no me acaba de convencer, son los personajes. Algunos secundarios están demasiado estereotipados. La clara diferencia entre polis malos y polis buenos es demasiado típica y poco sutil. Las peleas que surgen entre ellos resultan patéticas, incluso infantiles. No se centran en buscar al pobre niño secuestrado, sino que, en ocasiones, no pueden evitar que la testosterona invada sus venas y deseen repartirse unos cuantos puñetazos para demostrar quién es más hombre, quién tiene la razón. 
No digo que esto no sea, en cierto modo, verosímil, pero a todas luces resta seriedad a la obra y los personajes caen de lleno en el pozo de lo facilón, de lo trillado.

Tanto el protagonista, Elvis Cole, como su compañero, Joe Pike, han tenido infancias difíciles que se muestran al lector bien a modo de flashbacks (escritos, de nuevo, en letra cursiva), o bien a modo de conversaciones. Estos parones en la trama se agradecen, ya que permiten al lector descansar de la acción principal y conocer mejor a los protagonistas. Así, se entiende mejor por qué Elvis Cole hace lo que hace y, sobre todo, por qué lo hace. Son tipos duros, curtidos en las calles y en la guerra de Vietnam, que han superado etapas duras y que ahora son capaces de enfrentarse a lo que sea, porque el infierno ya lo han vivido.

Ningún personaje me parece correcto más allá de Elvis Cole y Joe Pike. Si acaso, quizás, el niño secuestrado. No profundiza en ninguno de ellos, es como si les diera escaso valor frente a los protagonistas, y esto es un error que no puedo perdonar fácilmente a un novelista. Me cae mejor Joe Pike que Elvis Cole. El primero me parece más creíble. Es más serio y reservado, un personaje duro, solitario. No es excéntrico, ni egoísta, cualidades reservadas para Elvis Cole, aunque no en grandes dosis. El detective se me antoja un personaje muy creído de sí mismo, prepotente y con demasiado amor propio que tiende a desmoronarse tras escarbar un poco.

Cuando por fin encuentran una pista sobre la desaparición de Ben, la lectura se hace un poco cuesta arriba ya que Robert Crais explica con todo lujo de detalles la vital importancia de una pista que nadie había detectado hasta entonces. Una pista minúscula, que si no llega a ser por Elvis Cole, claro está, nunca habrían encontrado. Al principio, no le creen, no tiene apoyos, no le toman en serio y esto perjudica enormemente al niño secuestrado. De nuevo los egos se interponen en el camino de la liberación del muchacho

Debo admitir que si Robert Crais se lo hubiese puesto fácil a Elvis Cole también me hubiera quejado, pero se me ha hecho pesado que le dedique tantas páginas a una pista que sólo sirve, en el fondo, para descubrir de otros hilos de los que tirar. La acción, que a transcurrido a un ritmo bueno a lo largo de 'El último detective' da un parón tan brusco que es imposible no notarlo. 

Sin embargo, es de agradecer que cuente tan bien los entresijos de la ciencia forense, el tratamiento que se les otorga a las pruebas, los procesos que deben seguir, etcétera. Está explicado para que lo entienda cualquier persona, tenga o no tenga idea de productos químicos, del protocolo que se lleva a cabo en estos casos, de las cosas que se pueden averiguar...

Llegando al final, 'El último detective' se pone interesante. Da un giro bastante inesperado. Me ha gustado la conclusión. Al menos, es coherente y los cabos quedan lo suficientemente atados como para dejarme conforme. 

Conclusión

Esta no es una novela que vaya a perdurar por demasiado tiempo en mi memoria, me temo. Entretiene, mantiene la intriga y se lee muy rápidamente, pero no engancha ni puede considerarse una obra genial. No va más allá de lo correcto, de lo estándar. 

No puedo afirmar que me haya sentido defraudada, tampoco. Suponía que 'El último detective' iba a ser así, de un modo u otro. Lo que no puedo pasar por alto es que Robert Crais ha creado personajes estereotipados, en los que apenas se ha detenido, a los que apenas ha dado importancia y que sin embargo tienen también su peso, lo quiera o no. Este es un fallo grave, el más grave de toda la obra.

El ritmo, ágil durante casi toda la novela y el final, han sido los dos elementos que han hecho que la lectura de 'El último detective' me haya merecido la pena. Dudo mucho que lea más capítulos de la serie del detective Elvis Cole. Tengo la sensación de que si leyera más aventuras de este protagonista, me saturaría su carácter egocéntrico. Además, no puedo dejar de pensar que otra novela de Robert Crais sería más de lo mismo. Con uno, me doy por satisfecha. 
Las hay mejores dentro y fuera del género de novela negra, pero no me ha importado darle una oportunidad.

Valoración: 7/10
¿Recomendada?: .

sábado, 24 de marzo de 2012

En el país de la nube blanca, Sarah Lark









Ediciones B, 2.011
Premios: ninguno.
Precio: 21 €
Adquisición: a través de libroscompartidos







"Procedemos de un país llamado Hawaiki - le contó Marama, y su historia sonaba como una canción -. Vivía entonces un hombre llamado Kupe y una mujer cuyo nombre era Kura maro tini (...) Kura maro tini se marchó con él, y vio sobre el mar una preciosa nube blanca que  luego se reveló como el país de Aotearoa".

La autora

Sarah Lark es una escritora alemana que trabajó durante muchos años como guía turística. Pronto descubrió su fascinación por Nueva Zelanda a través de sus paisajes hermosos. Christiane Gohl es la mujer que se esconde detrás de su seudónimo: Sarah Lark. Ahora mismo reside en España. 'En el país de la nube blanca' (2.011) es su ópera prima, y está considerado el debut más exitoso de los últimos años en su país natal, Alemania, en el que sorprendió a crítica y lectores. No en vano lleva más de un millón de ejemplares vendidos allí y más de dos millones y medio en total en todo el mundo. 'La canción de los maoríes' (2.012) y 'Der Ruf des Kiwis' (cuyo título no está traducido aún al castellano) son los tres títulos conocidos de esta espectacular saga familiar, que conforma un total de cinco.

Sinópsis

En el Londres victoriano dos mujeres muy distintas entre sí emprenden una travesía que cambiará sus vidas para siempre. Se dirigen en barco hacia Nueva Zelanda, en busca de su futuro. Para ellas significa un nuevo comienzo como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de raíces más humildes, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?

Mi crítica

Me hizo mucha ilusión tener, por fin, esta novela entre mis manos. Había leído muchas críticas favorables y me moría de ganas por ponerme con ella. 
Confieso que he leído sin tener muy en cuenta que más tarde haría una reseña sobre las impresiones que me iba provocando 'En el país de la nube blanca'. Más bien, iba pasando las páginas sin más objeto que disfrutar de la historia que Sarah Lark ofrece, y realmente puedo afirmar que me ha gustado muchísimo descubrir la trama poco a poco, sin prisa pero sin pausa, sin concentrarme en nada más. 

Al principio, la acción no discurre muy rápido pero no eché de menos un ritmo más ágil. Sarah Lark dedica muchas páginas a la presentación de sus personajes principales. Ni Helen ni Gwyneira toman la decisión de embarcarse hacia Nueva Zelanda de un día para otro. Es algo que meditan durante unas semanas hasta que por fin se lanzan hacia lo desconocido. 
Desde el comienzo me gustaron ambas protagonistas. Helen es más reservada e introvertida, mientras que Gwyneira es decidida y no teme decir lo que piensa. 

El estilo en todo momento es correcto. Si bien es cierto que a lo largo de más de setencientas páginas había pasajes que no me terminaban de convencer, esta sensación no se ha repetido más que en un par de ocasiones puntuales. 
'En el país de la nube blanca' es, sin duda, una novela en la que cobra más importancia el hilo argumental que el estilo narrativo

Eso sí, son de agradecer las numerosas descripciones ambientales que realiza Sarah Lark constantemente a lo largo de toda la novela. No sólo porque ensalza la belleza de aquellas tierras exóticas, esos paisajes exhuberantes y esa naturaleza virgen, sino porque gracias a ellas podemos hacernos una idea del aspecto de la Nueva Zelanda recién colonizada, algo que desconoceríamos totalmente de no ser por la información tan detallada que ofrece Sarah Lark.

Es evidente que un personaje del principio, que apenas tiene relevancia en el cómputo de las dos primeras partes, cobrará vida con mucha más fuerza en el futuro. Esto yo no lo calificaría como un 'hecho predecible' que a la autora se le ha escapado, por así decirlo. Más bien es todo lo contrario: lo ha expuesto de tal manera con el objeto de prevenir al lector de lo que va a ocurrir, como si le dijera: ''ten los ojos bien abiertos, porque volverá''. Eso me gustó mucho (y más, comprobar que así fue).


La acción se va ralentizando más a medida que la historia avanza. Es normal, cada vez aparecen más personajes y Sarah Lark tiene que presentarlos a todos. El hecho de que haya dos protagonistas exige casi el doble de esfuerzo. Es como si en 'En el país de la nube blanca' cupiesen dos novelas en lugar de ser una sola. Las vidas de Gwyneira y de Helen transcurren juntas, como dos líneas paralelas y, sin embargo, separadas por sus destinos. 

Durante casi toda la novela tuve la sensación de que Sarah Lark daba más prioridad a la historia de Gywneira  que a la de Helen. Entiendo por qué lo hace: la trama de la señora Warden es mucho más interesante, para qué engañarnos, pero creo que Helen merecía un poco más de protagonismo y ha estado casi siempre en un inmerecido segundo plano. Lo mismo pasa con las niñas huérfanas de las que cuida Helen durante la travesía en barco. No se sabe nada de ellas durante varios cientos de páginas.

La trama de 'En el país de la nube blanca' comienza, más o menos hacia la mitad, a tomar unos derroteros que no me esperaba. En ese punto, ya había confraternizado con los personajes protagonistas. Sentía empatía por Helen y Gwyneira, quizá más con la segunda que con la primera. 

Sarah Lark es una autora que sabe muy bien cómo jugar sus cartas. Lo ha demostrado con creces en 'En el país de la nube blanca'. Esa destreza que gasta a la hora de jugar con los destinos de sus personajes forma parte de su talento natural como narradora. Ella sabe que es su punto fuerte y no duda en explotarlo al máximo. El resultado no podía ser mejor. A pesar de que el final de algunos personajes no es todo lo feliz que pudiera haber sido, y que el lector sufra a consecuencia de haberles tomado cariño, me ha encantado que el futuro de los que intervienen en la novela no se atisbe con facilidad. 

Algo que, asimismo, me ha gustado mucho de Sarah Lark como narradora es lo bien que define los arcos de transformación de sus personajes principales. Al ser una novela que transcurre durante prácticamente toda una vida, es lógico pensar que los que intervienen en ella deben sufrir cierta evolución, como sucede en la realidad con las personas. Hechos traumáticos que cambian sus caracteres, o acontecimientos felices que les dulcifican la personalidad. 

Creo que si la prosa de Sarah Lark tiene algún punto flaco este es, sin duda, los diálogos. Se maneja bien cuando las conversaciones giran en torno a temas insustanciales o amables. No consigue alcanzar con ellos tanta verosimilud cuando se trata de algo más trascendental, importante o de tensión

Tampoco me ha convencido el que deje algunas tramas en suspenso durante tantas páginas. Unas, porque están relegadas al olvido momentáneo al estar avanzando las secundarias. Otras, aun siendo pilares fundamentales del argumento, han sido alargadas más de lo debido con el objetivo de, supongo, mantener durante más tiempo la atención del lector. La jugada podría haberle salido mal, y yo diría que ha estado muy cerca de lograr el efecto contrario.

Del final sólo voy a decir que me ha gustado mucho. Sarah Lark ha sido muy inteligente desarrollando el conflicto con los maoríes en las últimas páginas, plantando la semilla de lo que será la segunda parte de la trilogía.

Conclusión

Cuando una historia te atrapa tanto como 'En el país de la nube blanca', no deseas que acabe nunca. Agradecí sin duda las más de setencientas páginas de las que se compone el libro. Ahora que se ha terminado estoy deseando comenzar la segunda parte, 'La canción de los maoríes'. Aunque se puedan leer ambas novelas por separado ya que los protagonistas no son los mismos, tengo muchas ganas de seguir empapándome de esta historia que se desarrolla en la Nueva Zelanda del siglo XIX y principios del XX.

'En el país de la nube blanca' es una novela muy recomendable, que engancha, que entretiene, con unos personajes magníficos, una historia muy atractiva y la tierra virgen de Nueva Zelanda como telón de fondo.

Valoración: 8,5/10
¿Recomendada?:

miércoles, 21 de marzo de 2012

Las mentiras de la noche, Gesualdo Bufalino








Anagrama, 1.990 (primera edición 1.988)
Premios: premio Sterga 1.988
Precio: 5,41 €
Adquisición: a través de BookMooch









"Los condenados se arrojan sobre los jergones, cierran los ojos. No ya para dormir, se da por supuesto que robarán un suplemento de vida, velando toda la noche, sino por un malestar que les acaba de invadir ahora en la boca del estómago, y que a fin de cuentas, reconocen como miedo."

El autor

Gesualdo Bufalino nació en Ragusa, Italia, en 1.920 y murió en 1.996. Desde la infancia fue un lector voraz. Tras finalizar sus estudios, se convierte en profesor de letras. En 1.942 interrumpe su actividad al ser llamado a filas. Un año más tarde es capturado por soldados alemanes, aunque consigue escapar. 
A pesar de haber tenido éxito escribiendo para diversos periódicos, renuncia a una carrera literaria para dedicarse a su familia. Continúa escribiendo casi en secreto. Escritor afamado en su madurez más tardía, publicó su primera obra, 'Perorata del apestado', en 1.981. La novela tuvo una gran aceptación, ganando además el premio Campiello.
Tras 'Perorata del apestado', Gesualdo Bufalino emprendió una prolífica y brillante carrera literaria. Entre sus obras más populares, se encuentra 'Las mentiras de la noche' (1.988). En 1.996 murió a consecuencia de un terrible accidente de coche.

Sinópsis

En una lúgubre fortaleza borbónica alzada sobre una pequeña isla fantasmal transcurre la última noche, antes de su ejecución, de cuatro condenados por atentar contra la vida del rey. A lo largo de las horas, para ocupar sus mentes, los conjurados (un estudiante, un aristócrata, un soldado y un poeta), cuentan por turnos sus horas más felices y memorables. Se les da una oportunidad para salvar su vida: poco antes de su ejecución, cada uno debe depositar una tarjeta en una urna. Si uno de ellos escribe el nombre del cerebro de la conjura, todos se salvarán y nadie sabrá quién es el traidor. Si nadie lo delata, todos morirán. 

Mi crítica

Desde hacía muchos meses esta pequeña novela descansaba en mi estantería. Ni siquiera recuerdo bien qué me impulsó a pedirla a través de BookMooch. Ni leí la sinópsis. Y ahí estaba, esperando su turno. No sabía lo que me iba a encontrar, y eso me alentaba a adentrarme en el mundo de la novela, no sin ciertos temores a que resultara ser una obrita mediocre.  

Lo que no esperaba era que en menos de doscientas páginas un autor pudiera crear una obra de una complejidad invisible, con una estructura planificada al milímetro, con un empleo del lenguaje tan correcto y formal, haciendo gala de un vocabulario tan rico y tan preciso.

Como mencioné antes, lo primero que llama la atención de ‘Las mentiras de la noche’ es su estructura. Se nota que todo está calculado con precisión por Gesualdo Bufalino. Hay mucho trabajo volcado en las páginas de su novela, tanto en la escritura como en los momentos previos a ella. La planificación, el orden en el que el lector va obteniendo la información, los datos que se dan y los que se omiten, aquellos que se intuyen… todo ese esfuerzo es evidente desde las primeras páginas. Gesualdo Bufalino sabe perfectamente lo que quiere contar y, sobre todo, cómo lo quiere contar: por dónde empezar y por dónde proseguir, en qué parte concluye un capítulo para dar paso al siguiente, etcétera.

Gesualdo Bufalino introduce al lector en el mundo de ‘Las mentiras de la noche’ utilizando, para comenzar, las descripciones ambientales: el mundo de la prisión en la que permanecen recluidos los cuatro protagonistas. Después, se centra en ellos, presentándoselos al lector, uno por uno

Los temas que se tratan en ‘Las mentiras de la noche’ son aquellos inherentes a la condición humana: la vida, la muerte, el amor, la amistad, la lealtad a los principios, la búsqueda de la propia identidad... además de adentrarse en estas cuestiones trascendentales, Gesualdo Bufalino también atrapa al lector con el argumento de su novela, creando un halo de misterio alrededor de los protagonistas y de su trágico destino. ¿Será delatado el cerebro del complot o todos se llevarán el secreto a la tumba? Hay que reconocer que la trama es interesante.

Las mentiras de la nochees uno de esos libros que tienen múltiples lecturas. El lector puede quedarse en la superficie, pero también ir más allá y disfrutar el doble. Es una novela muy completa en todos los sentidos. Gesualdo Bufalino era un escritor muy inteligente que sabía perfectamente cómo dirigir al lector entre las páginas de su novela. Es el guía que porta el faro en un mar de oscuridad. 

Cada uno de los personajes cuenta a los demás la historia de su vida que ellos consideran más importante. Cuatro hombres, cuatro historias. La primera de ellas es alegre, feliz. Trata del amor perdido y encontrado. Esto contrasta brutalmente con el ambiente en el que se encuentran los prisioneros y, sobre todo, con lo que les aguarda al despuntar el alba: la ejecución

Puede que el principal tema deLas mentiras de la nochesea la muerte. Y digo puede porque no creo que todos los lectores estén de acuerdo conmigo. El ser humano es consciente de ella, sabe que tarde o temprano le llegará la hora. Sin embargo, no está siempre pendiente de la dama negra. Lo mismo sucede con los cuatro protagonistas, que procuran reflexionar sobre otras cuestiones fundamentales del hombre con el objeto de llenar el tiempo que queda hasta que rueden sus cabezas. Y todos piensan en cosas que hacen que la vida les haya merecido la pena

La segunda de las historias relata el agobiante paso apresurado  del tiempo, ese elemento que jamás podemos recuperar ni detener. También se centra en la búsqueda del sentido de la vida, del propio yo. La crisis de identidad que sufre un hombre que en apariencia lo tiene todo, pero que en realidad siente vacío en su interior.
La tercera historia no tiene un final feliz, al igual que la segunda. En esta ocasión el hombre relata la búsqueda de sus orígenes, de sus raíces, de una manera brutal y devastadora.

La cuarta de ellas habla también del amor, del deseo carnal, pero también de las mentiras y de la traición. Nadie sabe qué sucederá cuando el último hombre haya puesto el punto y final de su historia. Los primeros rayos de luz penetran por la ventana y nada está decidido. Todo puede suceder.

El final es sorprendente pero sobre todo inteligente. No esperaba menos de Gesualdo Bufalino, pues ya había demostrado sus dotes para la literatura a lo largo de toda la novela. 

Conclusión

Esta es sin duda una novela corta pero intensa, muy intensa. Quizá si se hubiese alargado más se habría perdido toda su esencia. El refrán así lo dice: “lo bueno, si breve…
Seguramente se me hayan escapado ciertos detalles que no he sabido o no he podido captar de ‘Las mentiras de la noche’. Me apena no haberlo hecho pero esta es una obra bastante simple en apariencia, y sin embargo compleja en el fondo, y muy profunda

Recomiendo ‘Las mentiras de la noche’ a aquellos lectores que huyan de lo convencional y que busquen una historia que les atrape de principio a fin. La novela está magníficamente escrita y bien llevada a cabo, algo que dudo sea tarea fácil. No obstante, esta obra no va a gustar a todo tipo de lectores

De vez en cuando me gusta leer novelas un poquito más complejas de lo habitual, obras que me hagan pensar, pero reconozco que me hubiera gustado más si hubiese podido llegar más allá de lo que he logrado con su lectura.

Las mentiras de la noche’ está descatalogada y no es fácil de encontrar. Puede obtenerse pidiéndola directamente a la editorial (Anagrama) o probando suerte en mercadillos de libros de segunda mano, páginas web de intercambio de libros como BookMooch o en portales web de compra-venta tipo Ebay.

Valoración: 7/10
¿Recomendada?: .

domingo, 18 de marzo de 2012

Riña de gatos, Eduardo Mendoza







Planeta, 2.010
Premios: premio Planeta 2.010
Precio: 21,50 €
Adquisición: biblioteca









"- Mire, padre, la gente no quema iglesias ni conventos sin ton ni son. Nunca han quemado una taberna, ni un hospital, ni una plaza de toros. Si en toda España el pueblo elige quemar iglesias, con lo que cuestan de prender, por algo será".

El autor

Eduardo Mendoza nace en 1.943 en Barcelona. En 1.965 se licencia en derecho y ejerce la abogacía hasta 1.973, año en que se convierte en traductor de la ONU.
Durante su estancia en Estados Unidos publica su primera novela, 'La verdad sobre el caso Savolta' (1.975). Su ópera prima lo lanza a la fama y un año después, tras la muerte de Franco, recibe el premio de la Crítica.
Después vino 'El misterio de la cripta embrujada' (1.979), una parodia de la novela negra mezclada con la gótica, que marca el comienzo de una trilogía protagonizada por un personaje peculiar. 'El laberinto de las aceitunas' (1.982), consolida a Eduardo Mendoza como uno de los autores con más éxito de ventas. Cierra la saga 'La aventura del tocador de señoras' (2.001).
Otras obras destacables son 'La ciudad de los prodigios' (1.986), llevada a la gran pantalla por Mario Camus en 1.999, 'Sin noticias de Gurb' (1.990) y 'El último trayecto de Horacio Dos' (2.001).
Además de otros títulos publicados entre medias, en 2.010, Eduardo Mendoza gana el premio Planeta de novela con la obra 'Riña de gatos'. 

Sinópsis

Un inglés llamado Anthony Whitelands llega a bordo de un tren al Madrid convulso de la primavera de 1.936. Deberá verificar la autenticidad de un cuadro desconocido, presumiblemente de Velázquez, perteneciente a un amigo de José Antonio Primo de Rivera, cuyo valor económico puede resultar determinante para favorecer un cambio político crucial en la historia de España. Turbulentos amores con mujeres de distintas clases sociales distraen al crítico de arte sin darle tiempo a calibrar cómo se van multiplicando sus perseguidores: policías, diplomáticos, políticos y espías, en una atmósfera de conspiración

Mi crítica

El primer y único acercamiento que había tenido hasta ahora a la prosa de Eduardo Mendoza fue gracias a ‘Sin noticias de Gurb’. Hace muchos años de esto y sólo recuerdo que no me gustó.
No compartí el humor absurdo del que hace gala el escritor catalán, y por tanto no pude disfrutar tanto como quise de aquella novela.

No me volví a animar con algo de Eduardo Mendoza hasta que acabé leyendo la sinópsis de ‘Riña de gatos’. Me apetecía volver a leer una novela ambientada en la guerra civil española, en este caso, en el preludio del acontecimiento. 

Me gusta mucho cómo escribe Eduardo Mendoza. Desde las primeras páginas el lector puede disfrutar de una prosa cuidada y selecta, culta, elegida con cuidado. Es extremadamente preciso con los adjetivos que utiliza para aderezar los ambientes y personajes. El estilo de Eduardo Mendoza podría compararse con la alta cocina. Es un gourmet de las palabras.

Creo que Eduardo Mendoza se defiende muy bien a la hora de escribir diálogos. No me convence tanto en las descripciones. Aunque en ambos aspectos su calidad sea notable, se luce realmente cuando hace hablar a los personajes. Cada uno de ellos tiene su voz atendiendo a su género, clase social, edad… diferencias evidentes que han de tenerse en cuenta por los escritores, aunque a la hora de la verdad casi ninguno logra conseguir autenticidad en las conversaciones.

El ritmo comienza siendo ágil, sin embargo se ralentiza poco a poco, a medida que las páginas van quedando atrás. La pintura, en concreto la perteneciente a Velázquez, es un tema muy importante en ‘Riña de gatos’. Desgraciadamente, la manera en que lo ha tratado Eduardo Mendoza en su novela se me antoja pesada y aburrida. Quizá se haya debido al hecho de que contextualizara mucho el universo del famoso pintor. Esta es una opinión muy personal, y puede que otro lector haya quedado encantado con el homenaje que el escritor catalán rinde a Velázquez. Esa valoración es muy subjetiva. 

Me gustó ver que el autor iba creando poco a poco una atmósfera de intriga y misterio. Eduardo Mendoza va preparando al lector gradualmente hasta tener todos sus elementos dispuestos para comenzar la aventura, que no es otra cosa que el cuerpo de la obra. 

No obstante, ‘Riña de gatos’ está muy enfocada a dos aspectos que han contribuido sobremanera a que la valoración de la misma se vea afectada negativamente: la política y, en menor medida, la pintura. De hecho, estoy convencida de que esta novela hubiese sido muchísimo más amena si el escritor se hubiera centrado más en la ficción y menos en estos temas. 

José Antonio Primo de Rivera, Sánchez Mazas, Azaña y hasta el mismísmo Franco aparecen como personajes de Riña de gatos’. No sé hasta qué punto ha sido buena idea ubicar a estos hombres en esta historia de ficción. No sólo debe respetar el rigor histórico que toda novela situada en el pasado requiere, sino que, además, Eduardo Mendoza ha debido estudiar cuidadosamente la vida y obra de estos políticos y militares. Por lo tanto, la verosimilitud era un asunto peliagudo y delicado que el autor ha sabido solventar sin problemas


Ojalá pudiera estarle agradecida por tamaño esfuerzo, pero lo cierto es que no es así. El hecho de que estos personajes intervengan ha contribuido a que ‘Riña de gatos’ sea una novela lenta y pesada en los pasajes en que estos señores salen a escena. Sus devaneos políticos no influyen tanto en el transcurso de la novela como cabría esperar, y considero que la obra podría haber funcionado de maravilla prescindiendo de ellos

Es cierto que durante esos convulsos años la política tuvo un peso muy considerable en el transcurso de los acontecimientos, pero, en mi opinión, esta tendría que haber sido una excusa para crear tramas, y no una trama en sí misma

En cambio, la parte dedicada a la ficción, fruto de la imaginación de Eduardo Mendoza, es la mejor. Me encanta la tensión amorosa que crea entre el protagonista, Anthony Whitelands, y Paquita del Valle y el misterio que rodea la figura de la joven

Conforme avanzan las páginas, se supone que ‘Riña de gatos’ tendría que ponerse más interesante. Al fin y al cabo, estamos ante una novela histórica con tintes bien marcados de intriga y misterio. Por desgracia, no ocurre eso en absoluto. El ritmo cada vez se ralentiza más y no vuelve a acelerarse hasta el final. 

Las ganas de abandonar Riña de gatosme acompañaron un trecho bastante considerable. En cuanto la política y sus protagonistas entran en escena, mi atención y mis ganas de seguir leyendo se evaporaban por completo. Cuando Eduardo Mendoza cambiaba de tercio, mi interés volvía a renacer de una manera espectacular. La Falange española, las JONS, los republicanos, los anarquistas… son temas que, en este contexto novelado, no me interesan lo más mínimo.

Alcanzando el final, me alegré de no haber abandonado esta obra. Todo comenzó a ponerse mucho más interesante. Me refiero, claro está, al desenlace de los amoríos de Anthony Whitelands y Paquita del Valle.  Mejora ‘Riña de gatos’ en este punto porque la política queda relegada a un segundo plano (ya era hora), cobrando los personajes de ficción más protagonismo. Me gustó cómo fueron desvelándose todos los misterios poco a poco sin dejar escapar toda la intriga que había ido acumulando el lector antes de tiempo. 

El final no es predecible, al menos no en todas sus facetas y aunque considero que podría haber estado mejor, este miramiento obedece más a criterios estrictamente personales que a aspectos formales de la obra y del argumento.

Conclusión

Es una pena que ‘Riña de gatos’ esté tan cargada de politiqueo puro y duro. Si no fuese así, la novela de Eduardo Mendoza me hubiera gustado muchísimo. Odio cuando suceden estas cosas, ya que esta obra tenía todos los ingredientes para haber sido genial y sin embargo, no ha sido así. 

Recomiendo su lectura a personas que disfruten con la política, a las que les guste de verdad. A los que no, aviso que probablemente se aburran entre sus páginas. 

Valoración: 6,5/10
¿Recomendada?: No.

jueves, 15 de marzo de 2012

Sant Jordi Bloguero 2.012


Kayena desde el blog 'negro sobre blanco' ha tenido la iniciativa de organizar este intercambio de libros para el día 23 de abril, Sant Jordi. Me gustó la idea y decidí apuntarme, al igual que otros muchos compañeros de blogs amantes de la lectura. 

El procedimiento es muy sencillo: se trata de enviar un libro y una rosa a uno de los blogueros que se haya apuntado a esta iniciativa. El envío se realizaría el martes 17 de abril, por correo ordinario, pues la idea es que lleguen a los respectivos domicilios coincidiendo con el señalado día 23.

Yo participaré con la novela 'Vidas ajenas', de Michael Pye. Un thriller psicológico con tintes de novela negra. He aquí la sinópsis

Martin Arkenhout, un estudiante holandés de visita en Norteamérica, decide adoptar la identidad de un compañero de viaje muerto en un accidente. Martin Arkenhout comienza a saborear la euforia que le produce sentirse libre del pasado, pero su siniestra metamorfosis tiene un problema: la identidad nueva se agota antes de lo previsto, por lo que deberá volver a realizar el proceso una y otra vez. Se inicia así una macabra sucesión de vidas impostadas, un camino hacia la nada que sólo se verá truncado cuando el azar le asigna una personalidad más compleja y peligros a los que nunca antes se había enfrentado. 

En 2.004, 'Vidas ajenas' se llevó a la gran pantalla, protagonizada por Angelina Jolie, Ethan Hawke y Olivier Martínez entre otros.

Si aún quieres participar en este intercambio de libros, todavía estás a tiempo. Consulta las bases y apúntate aquí

lunes, 12 de marzo de 2012

Come, reza, ama, Elisabeth Gilbert






Suma de letras, 2.010
Premios: ninguno. 
Adaptación cinematográfica de Ryan Murphy en 2.010
Precio: 19,50 €
Adquisición: propia








"O sea, ¿que lo has abandonado todo por esto? ¿Por esto has tirado a la basura nuestra vida? ¿Por unos espárragos esmirriados y un periódico en italiano?
Le contesté en voz alta:
- Para empezar, siento decirte que eso ya no es asunto tuyo - Le solté -. Pero te diré que la respuesta a tu pregunta es... sí".

La autora

Elisabeth Gilbert nació en 1.969 en Connecticut, Estados Unidos. Se crió sin televisión, por lo que leía mucho y escribía obras de teatro para divertirse.
Se inició en el mundo de la escritura en una prestigiosa revista como autora de una serie de cuentos titulado 'El debut de una escritora norteamericana'. Esto la condujo a un trabajo estable como periodista para multitud de revistas.
Su primer libro, titulado 'Pilgrims' -sin traducción al castellano- (1.997) recoge una serie de historias cortas que recibió el premio Pushcart. Después vendría una novela: 'Stern Men' -de nuevo sin traducción al castellano- en el año 2.000.
En 2.006 publicó 'Come, reza, ama', un libro de memorias de sus viajes por Italia, India e Indonesia pero, sobre todo, de la búsqueda de sí misma. Esta crónica de exploración espiritual y personal estuvo más de ochenta y ocho semanas entre los libros más vendidos. Los derechos del mismo fueron adquiridos por la productora Columbia Pictures. Julia Roberts fue la actriz encargada de interpretar a Elisabeth Gilbert en la adaptación cinematográfica. 

Sinópsis

Después de un divorcio traumático y en plena crisis emocional y espiritual, Elizabeth Gilbert se pregunta qué es lo que realmente quiere hacer con su vida. Decide entonces emprender un largo viaje que la llevará sucesivamente a Italia, la India e Indonesia, tres escalas geográficas que se corresponden con otras tantas etapas de búsqueda interior. Este libro es la bitácora de esa doble travesía, en la que la autora descubrirá la dolce vita en Roma, la paz interior alcanzada a tavés de la meditación en Bombay y, por fin, el deseado equilibrio entre cuerpo y espíritu en Bali

Mi crítica

Decidí llevarme esta novela en una de mis idas a la librería porque estaba bien de precio y me apetecía probar con un género que no es novela propiamente dicho.  Es no ficción (aunque no todo lo que cuenta me lo creo, sinceramente) novelada, una especie de cuaderno de viaje, tanto espiritual como geográfico, que recoge todo lo que aconteció en la vida de Elisabeth Gilbert durante doce meses. Esto es algo que no es común en las novelas: la protagonista de la historia es la propia autora.

La novela está narrada, como no podía ser de otra manera, en primera persona. El lenguaje que utiliza Elisabeth Gilbert es sencillo y directo, como si una amiga cercana estuviera contándonos la experiencia que ha vivido. ‘Come, reza, amaes una lectura ligera, que nadie se engañe. Por muy trascendente que se haya querido poner la autora en ocasiones, y por mucha espiritualidad que podamos encontrar en el segundo y tercer capítulo de la novela, esta obra no va a cambiar la vida de nadie, ni va a abrir los ojos a nadie, y dudo que su pretensión sea esa, sino entretener. 

Come, reza, amano pasará a la historia de la literatura por su calidad, pero consigue lo que se propone: dar alas a todo lector que se haya visto atrapado en su propia existencia alguna vez, dar esperanza a aquellos que hayan pasado por una crisis de identidad, ya que ella es la prueba viviente, digamos, de que se puede salir de ella (teniendo unos cuantos miles de dólares en la cuenta corriente, mucha suerte y ninguna carga familiar a cuestas, claro está).

Hacer una valoración de esta obra desde el punto un punto de vista estético, prestando especial atención al estilo narrativo, sería cometer una estupidez de proporciones épicas. Lo que pretende la autora es llegar al lector a través de su historia, no a través de su prosa que, en este caso en concreto, es lo de menos. Por ello, me centraré más en otros aspectos de ‘Come, reza, ama’.

La novela tiene puntos graciosos –Elisabeth Gilbert tiene una visión sarcástica y algo ácida de la vida y de sí misma- pero también toca temas bastante peliagudos. ¿Cómo, teniéndolo todo, se puede ser infeliz? Era el caso de la autora. La historia de su viaje comenzó con una simple pregunta: “¿y qué quieres hacer?”.

Aún no he decidido si Elisabeth Gilbert, a través de la lectura de sus páginas, me resulta simpática o no. En algunos momentos (que se repiten bastante a menudo) parece la típica pija insulsa de Nueva York que tantas veces vemos en películas y series americanas. Otras veces, en cambio, dice verdades como puños. No dudo de que la historia contada en ‘Come, reza, ama’ no haya sucedido, pero sí pongo en duda que haya sido fiel a toda la verdad y que no haya sucumbido a la tentación de cambiar un par de cosillas que no quedaban del todo bien en su súper viaje. Es imposible que alguien tenga tanta suerte.

La narración en la primera parte es muy fluida, casi un reguero de anécdotas que van contándose una detrás de otra. La segunda parte es la que menos me ha gustado. Hay muy poca acción y demasiada información acerca de la meditación y el yoga en India. Era necesario bombardear al lector con ella para que se haga una idea de lo que Elisabeth Gilbert quería alcanzar durante su descanso en aquel país. Sin embargo, no me atrae nada ese mundo y a consecuencia de ello se me hizo tremendamente pesado. La tercera parte también contiene muchos datos acerca de Indonesia, su gente y sus costumbres, pero es más amena porque suceden otras cosas en la vida de la protagonista más terrenales. 

Realmente me impresionó la agilidad de Elisabeth Gilbert de pasar de un tema a otro, de unir los puntos que quería contar con esa soltura, haciendo la lectura mucho más amena de lo que podría haber sido. También tiene un don especial en lo que se refiere a las metáforas. Algunas son chocantes e inesperadas. Creo necesario resaltar estas capacidades porque contribuyen notablemente a que la acción sea más dinámica. Su estilo narrativo no tiene pretensión alguna más allá de contar una historia.

Además, se sincera hablando sobre cuestiones que ella veía desde una perspectiva errónea o excesivamente superficial cuando todavía vivía en Nueva York. En su viaje alrededor del mundo abre los ojos a otras experiencias y, por primera vez en su vida, se moja. Esto hace que la veamos en su etapa anterior como una frívola, e incluso, a mis ojos, como una tonta. Abordaba ciertas ideas desde un cómodo y egocéntrico punto de vista del que se deshace a lo largo de su travesía. El lector es testigo del paulatino cambio de Elisabeth Gilbert. Un cambio que estaba pidiendo a gritos.

Me gustó la parte que dedica al perdón. Perdonarse a sí misma por los errores cometidos en el pasado, y perdonar a los demás. De verdad. Para hacerlo, se da cuenta de que necesita querer a quien le ha ofendido, y además, es una muestra de humildad, algo de lo que carecía cuando vivía en la Gran Manzana. Me agrada el hecho de que Elisabeth Gilbert haya podido dejar los demonios atrás y que sea capaz de seguir adelante le pese a quien le pese.

Llegando al final, me di cuenta de todo lo que había ido leyendo y no pude evitar pensar que la lectura se me había hecho un poco pesada en general. La segunda parte de la novela, India, es la más larga y la que menos me gustó, y esto ha influido enormemente en mi valoración del conjunto. Por otro lado, la conclusión deCome, reza, amame gustó. Es muy introspectiva, compara el antes y el ahora. Elisabeth Gilbert es una mujer nueva.

Conclusión

Come, reza, ama’, como bien dije anteriormente, es una lectura de evasión, perfecta para quien no tiene mucha costumbre lectora y perfecta también para aquellos que sí la tengan y necesiten descansar de obras densas. 

Recomiendo esta novela a aquellos que se hayan sentido atraídos por el argumento, a los que simpaticen con la meditación y el yoga y la búsqueda del yo interior y la espiritualidad. A los que, después de leer mi reseña, no estén muy seguros todavía, les diría que vieran la película un domingo en el que os encontréis ociosos. 

Valoración: 6/10
¿Recomendada?: .
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